domingo, 25 de septiembre de 2011

v

Estúpida por estar pensando cosas que no tienen sentido, ni principio, ni fin, cosas que se enredan con las palabras y engañan a los sentimientos. Engañándome. El miedo, a veces me destruye. Quiero. Quiero volar, ver tiburones volando y luces palpitando por todas las avenidas, bajo farolas repletas de luciernagas, latiendo y latiendo bajo las campanas, luz cegadora, que nubla todos y cada uno de mis sentidos. No te veo. Niebla por las calles y aquí arriba. Conozco un sitio. Caricias bajo tu espalda con el suave roce de las yemas de mis dedos. Lento, suave, pasional... Caricias lentas por tu espalda mientras cuento los lunares que me hacen enloquecer. Más de cien y todos escondidos. y cosquillas en los pies, risa tras risa y besos bajo las sábanas. Desenfrenadamente con los pies en la tierra. Tímidos movimientos con miradas cómplices y mi mano bajando por tu pecho, temblando. Haciéndome tiritar. Rozando tus labios, a borbotones. Siento tu respiración y anoto tus cicatrices en mi cuaderno sobre todas aquellas cosas que me hacen sonreír de tí. Mi opinión es que los polos opuestos se atraen y tú provocas en mi que exploten todas esas luces de las avenidas. Fugaz. Tu sonrisa, bonita, como las estrellas. Solo quiero que me beses y que memorices mi cuerpo para cuando nos falte el aire. Quiero hacerlo contigo a todas horas y gritarle al cielo historias de vampiros que querían chuparme la sangre, y ahora si, volar muy alto...