miércoles, 17 de febrero de 2010

scusa ma ti chiamo amore

Y siento que hoy estallan petazetas en mi estómago, ¿emoción?, ¿nervios?, ¿ilusión?. Triste esperanza. Fiarse o no fiarse, he ahí la cuestión. Esperar a que el heladero llegue y tu helado favorito de naranja siga en venta. Sí, sí, más calido que el sol, pero no está tan alto, aquí, a la altura de mis labios, los tuyos, dulces, pegajosos de mi helado aquel que me compró y manchó mi zapato. Vuelvo a casa con los zapatos pegajosos de caricias y amor... Camino. Chispas tras de mí, heroina de emoción. Un globo. Corrió y corrió. Los sueños muchas veces se evaporan, otras huyen, otras veces permanecen tanto tiempo ahí delante, en las palmas de nuestras manos que ni miramos. 4 de la tarde y mi corazón descansa. Tiempo que detenemos, que perdemonos. ¡Levantémonos! ¿Quién sabe? Agarra la vida fuerte con las manos, y pinta y colorea cosas chispeantes.

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