lunes, 6 de septiembre de 2010

Humo.

Inspiras, humo denso por tu garganta, fluye rápido como cuando chocan con fuerza las olas del mar contra las rocas invadidas por musgo, como una explosión de sabor en tu boca, como hacer puenting por primera vez, como comer doritos dippas... Arena entre tus dedos, suena tu cascabel, sientes la sal del mar... Oyes música a lo lejos como si hubiese una fiesta en un barco a la que no te invitaron. Te apetece bailar y por ello te sumerges entre conchas. Un cigarro envuelto por sábanas manchadas por revolcones. Nada me importa. No sufro ni me disgusto. ¿Para qué? Es como cuando aquella pequeña niña no encontraba el cangrejo en el mar, ¡un cangrejo amarillo!-decía. Ilusa de su propia realidad, fantástica vida ficticia.

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