miércoles, 8 de diciembre de 2010
¿Por cuánto te vendes?
Ven, vamos a bebernos unas copas y a regalarnos cien mil millones de besos, manchados de chocolate e ilusión, pero ven, no huyas, no huyas de nuevo con él. ¿No te das cuenta? Llegará un momento que no tendréis nada bonito que deciros, pues ya está todo dicho, ni nada que descubrir del otro; y en mi opinión esa es la chispa, no saber todo, dejar una sorpresa para cada día, algo nuevo que descubrir del otro; si te digo esto es porque me importas y porque creo que te estás vendiendo, que nos estás perdiendo. ¡Entérate! El mundo te quiere rápido para que llegues a tiempo; y para mí has llegado media hora tarde. Mis ojos cada vez están más tristes y es por vosotras estrellas que me estáis abandonando, poco a poco, dejándome sóla, tan sólo con la luna y el sol. De verdad, cada vez me voy haciendo más invisible y acabaré por desvanecerme, desaparecer pues esto saca lo peor de mí, y si vosotras estrellas habéis decidido marchar, lo aceptaré con lágrimas en los ojos...
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