jueves, 10 de septiembre de 2009

lovely



Caminas con pies de vagabundo, por aquel sendero de color rojizo, arrastrando hojas, piedras, sueños, sueños rotos. Desojar esa margarita es la última opción que te queda, así sabrás si él te quiere, o juega contigo, con aquella pelirroja que tanto le gustaba en el pasado. Aquella a la que le olía el aliento a whisky y vestía con ropa chillona. Aquella que una vez te dijo que no le volverías a ver. Tienes miedo. Es una furcia. Arrancale la piel. No, no enfurezcas, no te rebajes tanto. Puta. Él, juega a dos bandas. Por el día necesita tu paz, tu calma, tu seguridad y espontaneidad. Tu sonrisa fiel, tus besos, tiernos, que le derriten. Por la noche necesita acción, fiesta, locura, drogas, mala gente le rodea. Se emborracha. Pasa una noche loca, y otra junto a aquella pelandrusca que le esta robando su amor. Tu pena te va robando tu cuerpo, él te esta matando, vomitos. Quieres gustarle. No pensaste que quizás eso, rompería aún más los esquemas de tu vida que un día algún dios decidió que fueran así. Rompes tu vida, tu amor, tu cuerpo, lagrimas de cristal caen por tus mejllas, aquellas mejillas que algún dia se sonrojaron cuando él quiso hacerte sentir mejor. Inconforme siempre con la naturaleza. Me quiere, no me quiere. "¿Por qué rendirse?" "¿Por qué ahora?" La vida es un vaivén de momentos, tristes, menos tristes, más felices, pasionales. Ahora no es el momento. Me quiere, no me quiere. Un día, él corrió a tu casa, loco, pidiendo ayuda, esquizofrénico, tu le acariciaste, le ayudaste, pero en un momento su corazón dejo de latir. Sufriste, sufriste tanto... Encuentras un papel que guardaba en uno de sus bolsillos de esos pantalones rotos que tanto te enloquecen. Está sucio y arrugado. Lo abres, letra nerviosa corre por el papel. Un poema. Y al final dos nombres. El tuyo, el suyo. Te quería.

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